con firme y victoriosa decisión
impone con rigor y con unción
la esencia de tu lucha y de tu apuro
de darle otro zarpaso a tanto oscuro
poder, que con tu sangre y tu pasión
licuas, y conviertes en canción
del pueblo que cabalga ya maduro.
Tu vida es testimonio draconiano,
de banderas que ondean en el viento
que junto con el humo de tu habano,
nos dejan tu virtud como cimiento
y tu ejemplo inmortal y soberano
en la última metralla de tu aliento.